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Sorpresa, sorpresa
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Sorpresa, sorpresa Ayer, tras una 'pequeña siesta' de hora y pico suministrada por el 'Tour de Francia' (que no se que tiene, pero desde hace tres o cuatro años me deja 'frito' justo cuando empieza la acción (¿?¿?) ), me desperté yo hecho una mierdecilla, con la cabeza embotada y un sabor en el paladar de esos que parece que te hayas tragado un cenicero (¡qué ajco por Dios!). Hete aquí que 'mi churri' tuvo la idea de sugerir en ese preciso momento ir a dar un paseo con el niño (a eso de las 5 y media), cuando estando todavía lidiando con mi 'grato despertar'. Muchos y heterogéneos factores fueron los que barajé a la hora de emitir mi respuesta, no os creáis. Os expongo los de más importancia: 1º - Dolor de cabeza y 'pastiche' de boca importantes, que hacían del paseo la última de mis apetencias. 2º - Calor y solete que fundía un lagarto, por lo que la idea de pasear no hacía que saltase de alegría precisamente. 3º - Que desde hace 10 años (no se que 'coños' le ha dado a mi piel), si recibo sol demasiado fuerte, se cuece y me salen unas 'ampollitas' que pican que joden; alergia al sol, supongo. (De ahí mis sesiones de lectura de media horita en Callao a la hora de comer, para ir cogiendo tono sin que me ocurra después un despropósito por exposición prolongada). Total, que aparte de estar hecho una mierda, tenía el día de vago subido (que también puede uno, ¿no?). Así que como supondréis, mi contestación fue 'NO, GRACIAS', a lo que ella respondió con esa frase que me sienta tan bien oir: 'Bueno, da igual. Ya nos vamos el niño y yo solos. No hace falta que vengas.' Traducido: 'Que te den. Me voy sola con el niño de paseo de todos modos. Ahí te pudras, gilip....' En otra ocasión no me hubiese afectado tanto, pero en ese preciso momento no la mande (mentalmente) a tomar por c.., de milagro (esos prontos que tienes que controlar). Cuando volvió no obstante, la pregunté que tal había estado el paseo, si hacía buen tiempo y otras fruslerías para relajar el ambiente... Al no recibir respuesta lo dejé estar, porque probablemente estuviese hurgando en la herida en lugar de solucionar nada. Ella contestaba con monosílabos y ponía 'cara de pez' (ojos sin vida y labios fruncidos hacia abajo) >> estaba de mala leche, vaya. Me callé el resto de la tarde, y la dejé a ella en el ordenador y jugué con el niño; después vimos la tele juntos; tomamos un café... vamos, 'vida tranqui'. A lo que iba, que me pierdo: A la hora de cenar y viendo ella que casi no la dirigía la palabra, se dignó a hablarme, y tras una corta conversación, zanjamos la 'disputa' con unos cuantos besitos de reconciliación. Y 'sorpresa, sorpresa': a eso de las once y media de la noche, vino a preguntarme si no iba a emitir por la webcam esa noche y contactar con la 'parejita francesa', lo cual me dejó estupefacto. Fui preparando 'el invento' y acto seguido ella salió del salón para volver con su rasurador eléctrico (¿?¿?). Comencé la emisión y seguimos viendo la tele despreocupadamente hasta que a eso de la una y pico, 'los francesitos' saludaron. 'Mi churri' me dijo que transmitiese también sonido, y ni corta ni perezosa comenzó su labor de 'despeje capilar pélvico', a lo que los franceses asistieron estupefactos. Tras acabar su 'deforestación', el francesito me sugirió (como si no lo hubiese pensado yo antes ya), que probase si el rasurado había dejado bien la piel, a lo que le conteste que diese por supuesto que lo 'testearía' a fondo (con la lengua, pensé yo). 'Mi churri' leyó lo que escribí, y captando la idea se dispuso tumbada frente a mi (y a la webcam), abrió las piernas junto a los laterales de mi cuerpo y se 'ofreció' (siempre me gustó esta palabreja, por lo basto). Acto seguido coloqué las mías a los laterales del suyo, quedando nuestras pelvis a corta distancia la una de la otra. Antes de comenzar, me dijo que pusiese la webcam enfocada de modo que se viesen mi vientre y pelvis, y que a ella la enfocara por completo, que no importaba que saliese la cara (raro en ella). Se puso más cómoda aún, se echó las manos tras la cabeza y me dispuse a jugar. Humedecí el pulgar de mi mano derecha y comencé un lento movimiento circular sobre su clítorix, que poco a poco subió la temperatura. Eché un vistazo a la webcam y lo que emitíamos me pareció de lo más sugerente: me excitó bastante ver como la webcam reflejaba el intenso disfrute en su cara. A todo esto, los francesitos oían sus gemidos, dado que el micrófono seguía abierto. Entonces pasé a 'martirizar' lateralmente su clítorix con los dedos índice y corazón, al tiempo que hice que el pulgar la penetrara a un buen ritmo. Me fui excitando y mi pene comenzó a hincharse poco a poco hasta que el glande comenzó a presionar tímidamente su ano. Arrecié la masturbación usando ambas manos, y mientras con una frotaba su clítorix, con la otra jugaba con la entrada de su vagina. A todo esto, el glande aumentaba paulatinamente la presión sobre su ano. Resultado: comenzó a gemir descontroladamente y a mover violentamente la pelvis, con lo que mi pene, cada vez más duro, golpeaba repetidamente en su ano excitándola todavía más. Subió una de sus piernas al respaldo del chaise-longue, y le agarré por el tobillo la otra, para abrir sus piernas del todo, dejando bien visible la escena a la webcam. Metí dos dedos en su coño y presioné el 'punto G' con energía, lo cual terminó de 'desatarla'. Por mi parte, no paré hasta que se corrió de tal modo que encharcó la sabana que cubría el chaise-longue, dejando un rodel de humedad bastante notable. La miré a los ojos y chupé los dedos impregnados en su humedad (que sabía a gloria bendita, muy líquida y de sabor tenue: riquísima, os lo aseguro). Tras dejar que se recuperase un poco, le pasé la webcam para que tomase un buen ángulo del siguiente movimiento. Comencé a 'cocinar' un lento cunnilingus, con los siguientes 'ingredientes': - Rodear su clítorix lentamente con la lengua. - Golpear con el lateral de la lengua la base de su clítorix, 'dandole campanazos'. - Chuparlo con viveza de vez en cuando, para devolverle sensibilidad. - Tirar con los labios de los suyos vaginales, para hincharlos, abrirlos, y una vez extendidos poder rozar la lengua plana contra ellos para hacerla ver el cielo. - Rozar a velocidad vertiginosa la punta de la lengua contra esa minúscula zona tan sensible de su clítorix. - Palmetazos en el muslo, y 'sintonización' de pezón, que la excita terriblemente. Combinando todos aquellos tipos de estímulo, pude asistir a un festival de gemidos y espasmos incontrolados. Miré la webcam y me di cuenta de varias cosas: 1º - La pareja francesa se había excitado tanto, que había comenzado 'su propia fiesta' y ella le montaba a el mientras contemplaban nuestras evoluciones. 2º - Normalmente no recibimos más de una o dos visitas a la vez, por lo que emitimos en abierto, pero esta vez se había ido añadiendo gente, hasta sumar 51. 3º - Extrañamente, todos asistían espectantes y no enviaban un solo mensaje (supongo que para no causar una ruptura abrupta de la emisión por nuestra parte). Tras informar de ello a mi churri, me dijo que la daba más morbo todavía. Así que introduje dos dedos en su vagina y 'masacré' su punto G con toda la energía que me fue posible. 'La francesita' puso cara de lascivia total y le hizo un felatio a su marido de 'agarraté y no te menees', y ver como lo hacía puso tan cachonda a 'mi churri' que encharcó la sábana de nuevo con más violencia que la primera vez. Las risas que profirió a continuación hicieron que parase de masturbarla, porque significa en pocas palabras que no podía ir más allá sin una 'parada de emergencia'. Observamos el monitor hasta que 'la francesita' consiguió su objetivo, y tras ello nos comenzamos a reir los cuatro juntos. Con la tontería nos habían dado las dos y media, y ambas parejas nos despedimos tras agradecernos mutuamente 'el show' y recibir ciertos comentarios del francés acerca de lo amoratado del sexo de 'mi churri'  .Cerré la emisión, y vi que tenía ochenta y tantas nuevas visitas al perfil  .En fin, nunca se sabe como puede acabar el dia, pero siempre puede haber una 'sorpresa, sorpresa', cosa que me encanta, la verdad. Besos y abrazos, adultistas |
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Pues vas a alucinar, pero los protectores solares me cuecen la piel como si me echase aceite, a no ser que sean factor chorrocientosmil...  Me sale más a cuenta controlar la exposición, y asi no 'cagarla'  Bicos mil
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Gracias, guapa
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Puedo aumentar las ochenta y tantas visitas con una màs. la mía.... uuufff! Que delicia de relato. Gracias! saludos desde Mexico. {=} Si te ha gustado este, quizá debieras echar un vistazo a algunas historias de los que he posteado anteriormente. Unas pocos son ficción (sobre todo al principio), pero la mayoría son reales y quizá te gusten. Un beso
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